Lalo Macaya una Gran Persona.

LALO MACAYA: “MI PASION POR EL FÚTBOL ES GENÉTICO”.

                            “NO QUISE QUEDARME EN WANDERS, PREFERI A INSA”

Por Víctor Albarrán.

Espera con ansias participar en el próximo triatlón reservado para deportistas de su categoría, cuya fecha  y lugar de realización falta por definir. Jugó fútbol hasta los 65, cuando por razones de salud (se operó de la próstata) tuvo que “colgar los botines”. Tiene algo más de 67 años de edad, 50 de los cuales los lleva vinculado a Goodyear…“Primero fue  INSA, luego CORFO-INSA y posteriormente, hasta el día de hoy, Goodyear, nos aclara Eduardo Jesús Macaya Macaya, el Lalo Macaya, deportista insigne de Maipú que practicó el ciclismo, atletismo, natación y, por supuesto, el fútbol.

“Tenía 10 años de edad cuando don Héctor Poblete Macaya me llevó a las cadetes de Deportivo para integrar la tercera infantil. En Deportivo jugué hasta los 16, cuando tuve que fichar por INSA”, recuerda el Lalo.

¿Por qué TUVISTE que fichar en INSA y dejar a Deportivo?

“Bueno, sucede que por razones económicas, las que se complicaron más con el fallecimiento de mi padre, tuve que entrar a trabajar para poder ayudar a mi madre en la crianza de mis hermanos…Yo soy el mayor de doce”, acota. Luego agrega: “Cuando me contrató INSA, los dirigentes del club empezaron  a pedirme que jugara por ellos. Le planteé la situación a don Héctor Poblete, quién, gentilmente, gestionó mi pase. Antes de pasar a INSA, jugué la final del provincial por Deportivo, final que perdimos 1 a 2 frente a  PEDRO AMENGOL. Al día siguiente ya pertenecía a los registros de INSA. Jugué hasta los 35 en el Regional y luego en las diferentes series y campeonatos hasta hace dos años atrás.

Y han pasado Cincuenta años, lo que no es poco, Lalo… ¿Por qué tanto tiempo?

“Es que, desde un comienzo, me han tratado extraordinariamente bien. Siempre me han apoyado, y yo he respondido con seriedad, profesionalismo y compromiso. Eso explica mi permanencia en esta institución, asegura el actual Administrador del Estadio de Goodyear y Utilero de los seniors del club.

Al recordar los mejores pasajes de su vida, automáticamente surge la figura de su “viejita” (QEPD), la que con mucho esfuerzo, pero sobre todo con harto amor, crió y educó a sus 12 hijos. “Fue una vieja luchadora - Recuerda con emoción, el Lalo -  de poco estudio- Agrega- pero a la hora de sacar cuentas, no había quien la hiciera lesa”, enfatiza con seguridad y orgullo, esbozando una leve sonrisa. “Respecto de mi padre, a quien conocí solo por foto, ya que…(silencio) a él lo mataron cuando apenas yo tenía un mes de vida, me cuentan que era muy bueno para la pelota…jugaba de nueve, era goleador… eso es lo que dicen y debe haber sido así”, expresa con la voz entrecortada.

¿O sea, Lalo, lo tuyo es génetico?

“Estoy seguro de que es así, mi pasión por el fútbol es genético. Claro que yo no fui delantero ni goleador como él, pero tenía otras cualidades que me dieron muchas satisfacciones en el fútbol. Fui seleccionado en casi todas las categorías, jugué en el regional, no me quise quedar en Wanders… preferí a INSA y creo que elegí bien, prueba está que aún me soportan por acá”, dice con orgullo, aunque dejando traslucir su humildad de siempre, mientras va recogiendo los implementos deportivos de los jugadores que van saliendo de las duchas.

¿Cuál era tu sello de distinción?

“Los Tiros libre”, dice con firmeza.

¿Cosas pendientes?

Correr mi última triatlón que, según vi en la televisión, serían 5 kilómetros de bicicleta, 2 de trote y 500 metros de natación. Y, por otro lado, jugarme un último partido con los zapatos que eran de mi viejo, esos zapatos de cuero, con caña alta, puentes y pepas de suela…estoy esperando el momento”, manifiesta con entusiasmo.

¿Y mientras tanto, Lalo?

“Mientras tanto, mientras tanto nos vemos el próximo sábado…y ojalá que ganen, concluye, explotando en una gran y contagiosa risotada.